Las empresas de éxito crecen a un ritmo endiablado. Empiezan como start-ups, consiguen extras de financiación y se trasladan de edificio a uno más grande.
Entonces pasan los años y la actividad de la empresa se sofistica: por menos actividad ingresa más dinero. Los procesos se optimizan, los trabajadores están más cualificados y el ritmo de vida en la oficina, por lo general, es otro.
La solución esta vez no es cambiarse de edificio, sino realizar obras en la oficina para darle una cara nueva a la empresa, acorde a la nueva personalidad de ésta.
La limpieza tras una obra
¿Y qué pasa con la limpieza?
Las obras son un mal de cabeza para todo el mundo: el que las hace, el vecindario, los transeúntes, etc.
La limpieza tras terminarlas afecta principalmente al primer grupo, y si no se toman medidas preventivas puede terminar en un auténtico drama.
En este artículo te vamos a contar qué acciones deberías llevar a cabo antes y después de la obra, para olvidarte de limpiar de forma exhaustiva tras realizar una en tu empresa. Si las tomas, el proceso de limpieza al finalizar será de lo más normal. Si no, prepárate para lo que es bueno.
Consejos para afrontar la limpieza antes de una obra
En líneas generales, para preparar bien a nuestra empresa tras una obra solo hace falta aplicar el sentido común. En Ikiwi nos hemos visto en una multitud de situaciones en las que debíamos limpiar una empresa tras haber realizado esta una obra, y nos vemos con la autoridad suficiente como para dar los siguientes consejos generales:
#1 ¡El suelo!
La gravedad es la encargada de llevar al suelo todo lo que sobra. Cuando alguien pegue un martillazo, los trozos de pared que salgan volando irán a parar al mismo.
Conclusión: ahórrate horas de aspiradora, escoba, máquinas limpiasuelos y demás. Con unos simples cartones será suficiente. Cubre todo el suelo de las salas de la oficina en las que vaya a haber obras (TODO, que arrastrar suciedad con los zapatos es sencillísimo) y cuando estas terminen, con una simple pasadita estándar tendrás el suelo impoluto.
#2 Cuidado con los muebles
La pintura seca, el yeso, la silicona, el polvo… Las partículas y elementos que protagonizan una obra en una empresa son un espectáculo si te paras a mirar.
Los muebles, dado que abarcan una buena parte de la superficie de una oficina estándar, serán candidatos ideales a quedarse con una buena parte de todo lo que vaya cayendo del techo en una obra. Esto puede ser un problema, pues la madera podría verse dañada y la pieza, quedarse inservible.
Olvídate de este problema adoptando una medida tan poco ortodoxa como efectiva: cubriéndolos de sábanas o plásticos.
Cuando las obras finalicen solo tendrás que retirarlos y, quizá, dar un repaso a alguna pieza que haya podido verse afectada por una mala colocación de la sábana.
Los muebles no sufrirán ningún daño y el proceso de limpieza tras obra se verá muy reducido en tiempo y recursos dedicados.
Limpieza tras obra: ¿en qué fijarnos?
Ya ha pasado la obra. Sabiamente has aplicado los consejos #1 y #2 y el proceso de limpieza es mucho más ligero que si no lo hubieras hecho, pero aun así hay que ponerse manos a la obra (valga la redundancia) para dejar la empresa reluciente y que los cambios realizados luzcan más que nunca.
Te recomendamos que sigas las siguientes pautas:
#3 Las paredes, imprescindibles
Cuando limpiamos de forma habitual no se le suele conceder mucho tiempo a las paredes. Como el polvo se cae al suelo, con limpiarlas a fondo una vez cada cierto tiempo es suficiente.
Tras una obra, en cambio, no nos las podemos dejar. Es muy importante que las limpiemos a fondo con un paño húmedo. Eliminaremos el polvo y toda la suciedad que se haya ido acumulando durante la obra, y evitaremos que se cree un cúmulo importante que nos cueste mucho eliminar en el futuro.
#4 Otros elementos poco habituales
Al igual que las paredes, también tendemos a prestar poca atención a elementos como los radiadores, los enchufes, los interruptores, las persianas, las juntas, etc.
Las obras generan una cantidad enorme de suciedad, así que es importante que lo repasemos absolutamente todo para no dejar ni rastro.
#5 Los zócalos
Con las obras se ven especialmente resentidos. Como no hay manera cómoda de prevenir que se ensucien antes de empezar, tendremos que tener especial cuidado al terminar.
Para limpiar un zócalo te recomendamos que utilices los típicos aspiradores con cepillo de cabezal. No te dejarás nada, no sufrirás mucho agachándote y los resultados serán inmejorables.
Ikiwi: servicios profesionales de limpieza tras obra para empresas
Esperamos que estos consejos te sirvan a dejar tu empresa como los chorros del oro cuando hagas una obra. Si decides apostar por profesionales, en Ikiwi estaremos encantados de ayudarte. Contamos con mucha experiencia en esta modalidad y no dejamos ningún cabo suelto cuando limpiamos oficinas tras una obra.
Si quieres que te hagamos un presupuesto personalizado, ponte en contacto con nosotros y te contestaremos en muy poco tiempo.
Comentarios recientes