Cada uno tiene sus partidarios y sus detractores, pero hay algo en lo que todos nos ponemos de acuerdo: en verano necesitamos un sistema de refrigeración que nos ayude a pasar las horas más tórridas. Decantarse por uno u otro depende de varios factores. En Ikiwi queremos que elijas bien, por eso vamos a darte unas cuantas pistas sobre lo mejor y lo peor de cada aparato.

Siempre nos ocurre lo mismo. Estamos deseando que mejore el tiempo y que llegue por fin el calor porque estamos hartos del frío del invierno, pero cuando el termómetro empieza a subir corremos a refugiarnos al lado de algún aparato que nos refresque un poco, porque “esto no hay quien lo soporte”. ¿Cierto? A partir de los 27 °C dejamos de estar cómodos, así que nos hace falta un “extra” para mantener una temperatura que nos dé sensación de bienestar.

Cualquiera de estos dos aparatos que te proponemos será una mejora, pero ofrecen prestaciones diferentes.

Y tú ¿eres de aire acondicionado o de ventilador?

Es que no todo es cuestión de modernidades o de presupuestos. Hay quien rechaza los ventiladores porque no refrescan lo suficiente, y hay quien no soporta el aire acondicionado porque literalmente se pone enfermo (aunque suele ser por un mal uso, hay que ser moderado con la temperatura).

Sin embargo, sin irse a extremos, la verdad es que ambas modalidades tienen puntos a favor que debes valorar antes de hacer tu compra. Lo mejor es encontrar la fórmula que a cada uno le resulte confortable. Nos centramos en cuatro parámetros:

#1 Precio

Los ventiladores son definitivamente la opción más económica. Por menos de veinte euros se encuentran modelos sencillos, aunque ya que va a ser el electrodoméstico estrella de la casa durante varias semanas, no estaría mal asegurarse de comprar un modelo de calidad que aguante el uso continuado. Los más caros son los ventiladores de agua y los de tecnología sin aspas, que llegan a los 400 €.

Si piensas adquirir un aire acondicionado seguramente vas a gastarte más. Existen algunos modelos -pocos- por debajo de los 300 €. La mayoría están entre los 500 y 1000 €, aunque también los hay bastante más caros. Si quieres algo más económico puedes mirar uno portátil, pero tienen otras pegas: son más ruidosos, menos efectivos y también necesitan una toma de aire al exterior.

#2 Consumo

Los ventiladores apenas se notarán en la factura eléctrica, pero si te compras un aire acondicionado tendrás que tener cuidado. Comprueba la eficiencia energética de tu aparato y lee bien las indicaciones del fabricante, que te dará instrucciones de uso para sacarle el mayor rendimiento con menos gasto.

#3 Instalación

Depende de los modelos. Normalmente los aparatos de aire acondicionado requieren la instalación  de un desagüe y una unidad externa en la fachada de la vivienda, por donde van a expulsar al exterior el aire caliente. En algunos lugares hay que consultar las ordenanzas municipales para conocer la regulación y ponerse de acuerdo con la comunidad de vecinos.

Los ventiladores no necesitan instalación, salvo los que se colocan en el techo, y aun así no es nada compleja. Puedes encontrar ventiladores de pie, de sobremesa, de torre… Es llegar a casa, enchufar y listo.

#4 Ruido

Es un factor a tener muy en cuenta, así que no olvides comprobar los decibelios en la ficha técnica del aparato que vayas a comprar. En general, los aires acondicionados de última generación han mejorado mucho ese aspecto y suelen ser ya bastante discretos.

En cuanto a los ventiladores convencionales, los niveles de ruido pueden fluctuar mucho. Una parte es inevitable por pura física, ya que el roce de las aspas y el aire produce un sonido que a algunos les puede resultar molesto. No obstante hay en el mercado alguna marca con tecnología más avanzada, sin aspas, que son aparatos prácticamente silenciosos.

#5 Confort

La gran ventaja del aire acondicionado es la posibilidad de regular la temperatura de manera exacta, señalando los grados que queremos y utilizando el termostato para mantener la estancia a una temperatura estable.

El ventilador obviamente no puede hacer esto. Su alcance es más reducido puesto que solo refresca a los que están cerca. Si la temperatura es muy elevada, por ejemplo superando los treinta grados, su efectividad se reduce mucho. Con aire tan cálido es difícil que un ventilador cumpla su cometido.

Sin embargo hay quienes eligen el ventilador precisamente por la confortabilidad, y para escapar de las fluctuaciones extremas de temperatura entre el interior y el exterior. ¡Cuántos dolores de garganta veraniegos se deben al aire acondicionado! Si en invierno las faringitis suele ser infecciones bacterianas, en verano se disparan con los cambios de temperatura debidos, precisamente, a un aire acondicionado demasiado fuerte.

Esperamos que, hagas la elección que hagas, te ayude a pasar un verano a una temperatura agradable, haciendo un buen uso de cualquiera de los dos aparatos.

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