Tienes muchos motivos para querer que tu nevera se mantenga limpia y bien organizada en todo momento: por salud, para ahorrar gastos y para ganar tiempo. Y además porque te gusta que todo esté en su sitio, fresco y disponible cuando lo necesites. Es fácil conseguirlo siguiendo unas pautas sencillas. Los consejos de Ikiwi te ayudarán. ¿Vamos a ello?

Pon el contador a cero

Para realizar un buen mantenimiento lo primero es hacer una limpieza a fondo de tu frigorífico. Así te aseguras de que todo esté en un estado óptimo, sin olores extraños y listo para una necesaria reorganización.

Cuando te pongas manos a la obra tienes que, primero, desenchufar el aparato por seguridad, como todos los electrodomésticos. Para la parte del congelador tienes que haber previsto dónde vas a guardar los productos mientras realizas la limpieza, vuelves a conectarlo a la red y recupera su temperatura. Así evitarás que se te estropeen alimentos.

Una vez hecho esto, la limpieza es sencilla:

  • Vacía los compartimentos. Aprovecha para repasar fechas de caducidad y ten el cubo de la basura a mano para tirar todo lo que se haya pasado o estés seguro de que ya no vas a consumir.
  • Retira todas las piezas y lávalas a fondo con agua y jabón neutro, sin perfume. Pon atención a las juntas, pequeñas hendiduras y cualquier rendija que pueda acumular suciedad. Lo que dejes sin repasar acabará generando olor.
  • Tan importante como el lavado es el secado. O al aire o con un paño limpio. Si quieres asegurarte utiliza el rollo de papel. Cuando las piezas vuelvan al interior del frigo tienen que estar cien por cien secas.
  • Limpia el interior. Puedes usar el mismo jabón neutro. Es importante que frotes sin agresividad porque puedes dañar el material. No uses rascadores y mucho menos un cuchillo para retirar suciedad incrustada. Si acaso un cepillo suave. Con un poco de paciencia todo acaba saliendo.

Con tu nevera recién limpia, ya puedes plantearte un nuevo orden para mantenerla así durante mucho tiempo.

Toca pensar y organizar

Para el mantenimiento es fundamental la buena organización. Si tu nevera es un totum revolutum, será fácil que se te estropeen alimentos. Seguro que te ha pasado: una lechuga olvidada en una bolsa, unas sobras enmohecidas, el jamón cocido hecho cartulina, esos tomates que se han abierto y ahora nadan sobre un pequeño charco… Ah, y el medio limón endurecido que hay en la puerta de todas las neveras. ¿Te suena algo de esto?

frigorífico limpiar

Nevera organizada

Aparte del evidente riesgo para la salud y el gasto innecesario que supone tirar alimentos, verás que sin una buena organización tu nevera enseguida estará sucia y tendrá una desagradable mezcla de olores. Por eso es fundamental que mantengas el orden y, si algo se ensucia, lo limpies cuanto antes.

Lo primero es pararte a pensar cómo quieres distribuir los alimentos en función de los estantes que tenga tu nevera, los compartimentos disponibles y los hábitos de tu familia.

Tienes que tener en cuenta las especificaciones concretas de tu refrigerador, es decir, saber qué zonas el fabricante ha dispuesto para cada cosa. Las neveras no son un “cajón de sastre” sino que tienen un diseño que distribuye el frío de distinta manera y que se especifica en las instrucciones del fabricante. Consúltalas para saber dónde debes poner cada cosa.

Una vez hecho eso, ya puedes pasar a la fase de utilizar pequeños trucos que te ayudarán a organizarte mejor.

#1 Agrupa por familias

No tengas los paquetes de fiambre repartidos por todas las baldas. Puedes utilizar recipientes para mantener juntos los alimentos similares. Utiliza uno para los quesos y otro para los cárnicos. Si tienen tapa, mejor, porque muchos embutidos desprenden olores fuertes.

Haz lo mismo con otros grupos de alimentos. Por ejemplo puedes unificar todo lo que necesitas para los desayunos. O las salsas, o los tipos de leche. Cada uno, según sus costumbres.

#2 No sobrecargues la nevera

Porque el frío necesita espacio para circular entre los alimentos. Si está siempre a tope, con la comida colocada como si fuera un “tetris”, estarás restando capacidad de conservación. Tenlo en cuenta a la hora de hacer la compra semanal o mensual y piensa si realmente necesitas comprar tanto.

#3 Lo recién comprado, al fondo

Y lo que ya lleva un tiempo, a primera fila. Mantén la rotación de alimentos cuando hagas la compra y evitarás despistes, como comerte primero los yogures que compraste ayer y encontrarte mañana los que caducaron hace diez días.

#4 No todo tiene que ir a la nevera

No todos los alimentos necesitan conservarse en frío. Es más, a algunos el frío les sienta fatal. ¿Qué puedes (y debes) guardar a temperatura ambiente? Los tomates, los plátanos, las cebollas, las patatas, el pan, el chocolate, los quesos duros tipo manchego, el jamón serrano…

#5 Compra un desodorante

Hay de distintos tipos: ozonizadores o con carbón activo son los más habituales. La cuestión es que absorba los olores que se acumulan y se mezclan en tu nevera, que purifique el aire, que sea antibacterias… El efecto se nota.

Y si tienes cualquier duda o quieres contratar una limpieza a fondo de tu nevera o tu cocina, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.

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